Sólo tiene sentido meter 100 puntos si se juega apegado a los valores.
“Con la mentira se puede llegar muy lejos, pero sin esperanza de volver” (proverbio chino).
Y me dieron los 100 (lo siento Sabina, por copiarte tanto). Un entrenador del que no sé su procedencia (los entrenadores de Ramiro se cuentan con tres dedos de una mano) tuvo la habilidad de pedir dos tiempos muertos cuando su equipo ganaba 35-8 y después cuando su equipo ganaba 86-20. Su equipo buscó de su mano el objetivo ‘maravilloso’ de ir a meter más de 100 puntos al contrario.
De lo que no se da cuenta este entrenador es de que ha dejado a unos chavales de 17 años destrozados, ha matado a un entrenador colega desde la formación o la deformación.
El equipo nuestro era un equipo feliz antes de este partido. Ya ha dejado de serlo. Vi demasiado músculo, demasiado mate, demasiados ‘alley-hoop’… un contrasentido de lo que ‘mamé’ desde pequeño y, entonces, me acordé de las palabras de Goñi. Y pensé: De esta diferencia, ¿qué diría Ángel? ¿Que le sobran 100 puntos a un entrenador de su cantera para ganar? Yo ya tengo la respuesta. Más de cien mentiras llevaban esos 101 puntos.
-Por Gonzalo Gómez, para enebera.blogspot.com
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