El Enojo...sácale provecho




Seguramente alguna vez nos hemos preguntado por qué ante una misma situación, algunas personas reaccionan agresivamente y otras no. La manera de sentir, pensar y actuar de los seres humanos está determinada por factores genéticos y por las experiencias por las que haya atravesado a lo largo de su vida. 

Presenciar imágenes violentas tanto mediante la propia experiencia como a través de los medios de comunicación hace que niños y jóvenes se vayan desensibilizando ante estas situaciones y las incorporen a su vida como patrones de comportamiento habituales, perdiendo progresivamente la capacidad crítica.






A nivel deportivo se debe reconocer cuando los adversarios están siendo superiores a lo largo de todo el encuentro, la violencia por mínima que algunos la consideren opaca una gran demostración deportiva que los jugadores del encuentro estén brindando en la cancha.
A lo largo de todo un partido, las provocaciones entre las/los jugadores son evidentes y caldean los ánimos. En más de una oportunidad, el árbitro principal del partido, observa y sanciona por los constantes insultos, golpes o señas, y aunque conscientemente sabemos que el enfado no es una reacción constructiva, no nos lleva a ningún lugar, no soluciona nada y es totalmente contraproducente en cualquier situación, lo cierto es que la poca paciencia a un resultado adverso o la búsqueda de sacar la rabia en una cancha, puede desencadenar que el partido  no se pueda concluir en el mejor de los casos.

Sentirse enojado o molesto cuando las cosas no salen como uno espera es algo "normal" y beneficioso, en la medida en que nos lleve a planificar cambios en nuestro entorno. El problema surge cuando la ira y la agresión se vuelven frecuentes y/o desmedidas en relación a la situación que las provoca .En otras palabras, si bien el comportamiento agresivo como defensa puede justificarse ante una amenaza real (un ataque físico por ejemplo), se generaliza a situaciones que naturalmente nada tienen de peligrosas o amenazantes para la vida.




En algunos momentos enojarse sirve para luchar con más fuerza, pero idealmente no deberíamos crearnos la ilusión de fortaleza sino experimentarla de manera estable a través del reconocimiento y fortalecimiento permanente de uno mismo y ten presente que no es la ira la que resuelve los temas o mejora la sensación de las cosas.

Violeta


 twitter: campos_violeta
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