Elementos a considerar
Después de haber entrenado una sesión, un jugador tiene que ser siempre un poquito mejor que antes del entrenamiento, siempre.
Si esto ocurre día a día, a lo largo de toda el ciclo de preparación, al final de la misma la mejora será notable.
Trabajo el tiro todos los días.
Dependiendo de la categoría, daría más o menos importancia al trabajo analítico, a corregir la mecánica.
Pero lo que no podemos olvidar nunca es la necesidad de entrenar “la puntería”, la precisión y la repetición, el volumen y, sobre todo, a confianza.
Si los jugadores acaban cansados se llevan una percepción más positiva sobre el grado de aprendizaje.
El entrenador estará más satisfecho.
Pero no caigamos en el error de ponerlos a correr sin un objetivo concreto y sin balón.
Como norma, quiero que el balón que sea compañero habitual de camino.
Se puede hacer casi todo metiendo el balón.
Debemos empezar a la hora prevista, sin demora…y acabar a la hora prevista.
Dentro del entrenamiento es impresindible meter de forma rutinaria trabajo de abdominales y fondos, adaptado en volumen a la categoría y evolución física de los miembros del equipo.
Si trabajas con auxilar, hay que darle responsabilidad y peso específico en cada entrenamiento.
Somos más…seamos más.
Debe mejorar con el equipo y aprender continuamente algo nuevo, como los jugadores.
Y, por supuesto, siempre, siempre, debe haber una sonrisa, un “bien hecho” (o muchos), un “sigue así”, un (sin decirlo, pues : “Convencen los hechos, no las palabras“) creo en ti…
Si al acabar siente el coach que lo he hecho lo mejor que podía, que se ha esforzado al máximo y que además sus jugadores se lo han pasado bien y han aprendido, debe de estar satisfecho, esperando que llegue rápido el próximo entrenamiento.
-Por Alberto Silva
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