4 Principios Básicos que todo entrenador de saber del MiniBasket

Se que nos llamarán contreras, pero hay que acabar con los vivales
NO ES UN HOMBRE PEQUEÑO... ES UN NIÑO (II)
EL MINIBASKET NO ES EL BASKET BALL
" Jugamos el Minibasket ...... no sufrimos el Minibasket!!!!

1
El desarrollo de la motivación en el niño

El impulso de moverse, que es en parte innato y en parte se forma en el proceso de socialización durante la infancia, es un indicador esencial del interés al juego, al movimiento y al deporte.

Los niños tienen una fuerte necesidad de moverse. Hay niños muy dispuestos a aprender nuevos movimientos y que buscan ver en cada estímulo motor un problema interesante por resolver. Estos niños se sienten motivados a moverse en el campo de la motricidad y tienen una disposición a aprender superior al promedio.

No obstante todo esto, hay niños que están poco interesados en expandir sus habilidades motrices y esto puede deberse al hecho que el ambiente que les rodea atribuye escaso valor al movimiento, el juego y el juego-deporte, faltan el espacio para moverse y entonces las posibilidades de movimiento se reducen al mínimo. El niño, en consecuencia se identifica con estas actitudes negativas y las aprende.



Esta poca importancia que se atribuye a la actividad motriz y al deporte, lleva a una escasa disponibilidad a los esfuerzos de tipo físico y a una menor adaptación del sistema músculo-esquelético y de soporte y de las funciones orgánicas, además de paramorfismos (1) precoces.

Una vez convertidas en físicas, las causas que a menudo son de origen psíquico, no son más conscientes y así habrá resultados fracasados y fallidos, que provocan un cambio de intereses. El interés al movimiento no debe, sin embargo, ser equiparado al interés por el deporte, en cuanto que ambos son dirigidos principalmente a la conquista, la experimentación y al dominio del ambiente. El interés por el deporte es producto de la experiencia motriz, que presupone determinados modelos y comportamientos, que pueden ser adquiridos con un proceso de entrenamiento.



En la mayoría de los casos, el interés sobre una determinada disciplina deportiva es determinado por agentes motivantes tales como los padres, los profesores, los compañeros, los medios de comunicación y la orientación al perfeccionamiento.
A menudo, sin embargo, las estructuras de rendimiento están claramente definidas y por esto se producen frecuentemente experiencias de fracaso y se encuentran obstáculos y contratiempos.

La idoneidad para un deporte se perfecciona en la competencia e incluso las victorias y las derrotas, los éxitos y los fracasos, determinan la continuidad en el rendimiento. Jugamos Minibasket, no "sufrimos" el Minibasket.

2
La psicología del niño-campeón

El deseo de enfrentar a los niños en competiciones muy estresantes, trae consigo desequilibrios físicos y psicológicos que a la larga afectan en sentido negativo.

El niño debe cotejarse con los demás, debe buscar el mejoramiento, nunca debe estar completamente satisfecho con lo que ha hecho y debe divertirse. No podemos reducir al niño al tiempo jugado o puntos anotados en un juego, esto es difícil de aceptar por parte de quien se considera ante todo un educador.

Por desgracia, muchos instructores no son en lo absoluto educadores, copian las conductas de algunos grandes entrenadores, no se comportan bien con los niños, los irritan, desean ganar en detrimento de la educación.

Los niños-campeones son a menudo alentados por sus padres a vencer “a toda costa”, resolviendo así sus ansiedades sociales y su carrera hacia la élite. El niño-campeón frecuentemente es inseguro, aumenta el número de entrenamientos para complacer a sus padres y a su instructor. Para ellos vencer es lo más importante en la vida y cuando se pierde surgen dramas increíbles: chantaje, castigos, ansiedad y estrés.



El Instructor "explota" al niño para resaltar su capacidad de entrenar, no lo considera como "persona", sino como un objeto de moldear, de mejorar, para llevarlo inmediatamente a la victoria.

Es fácil adelantar los tiempos de desarrollo de las capacidades motrices, es fácil aumentar las cargas de entrenamiento; haciendo así se obtienen rápidamente notables desempeños y victorias. ¿Pero después? Si no se gana más se da paso a la desesperación, la angustia y la deserción temprana.

¡Antes de practicar un deporte se debe jugar al deporte!

Entonces cobra una gran importancia el trabajo de concertación sinérgica entre los padres, maestros, instructores y entrenadores (correcta cultura deportiva). No es fácil, pero después de todo... ¡Es la salud y el futuro de un niño!

3
El entrenamiento en el niño

El entrenamiento es un proceso con el cual un ejercicio repetido durante semanas y meses, provoca modificaciones morfológicas y funcionales en los tejidos y los sistemas del organismo.

Las estructuras con mayor implicación son las músculo-esqueléticas estriadas, el miocardio, los vasos sanguíneos, el tejido adiposo, los huesos, los tendones, el sistema nervioso y las glándulas endocrinas.

"Poner en condición física" significa llevar a cabo un programa de ejercicios que tiene el propósito de aumentar de manera general el nivel metabólico del individuo.

"Entrenar" significa llevar a cabo un programa de ejercicios orientado a mejorar una capacidad específica o una parte en particular del individuo.

"Actitud hacia el entrenamiento " significa la respuesta de un individuo a una puesta en condiciones generales a través del entrenamiento.

En el adulto, las modificaciones funcionales que aparecen luego de un programa de entrenamiento, pueden ser atribuidas de manera confiable el entrenamiento en sí. No es lo mismo en los niños.

Las modificaciones provocadas por el crecimiento, el desarrollo y la maduración, pueden enmascarar a aquellas derivadas del entrenamiento.
Numerosas modificaciones fisiológicas, producidas por el entrenamiento, sobrevienen igualmente en el proceso natural de crecimiento y de maduración.

La diminución de la frecuencia cardíaca, el aumento del volumen de eyección sistólica, la tasa máxima de lactato en sangre, la fuerza muscular, la economía de la carrera, son ejemplos válidos.

Los niños pueden jugar de 1-2 horas al día sin cansarse, si aquello que hacen les divierte; obligarlos a hacer deporte es perjudicial, obligarlos a entrenar en contra de su voluntad es contraproducente, incrementar el número de sesiones de entrenamiento para obtener resultados inmediatos es nocivo en todo sentido.

La capacidad de entrenamiento aeróbico en niños de menos de 10 años es muy baja, incluso si su rendimiento atlético es notable. La capacidad de entrenamiento anaeróbico es irrisoria (son capaces de grandes desempeños, no continuos) y manifiestan discontinuidad en el rendimiento.

4
Conclusiones

Dejemos el Minibasket a los niños y el baloncesto a los grandes, cada uno debe hacer aquello que lo divierte; lo importante es buscar satisfacer las necesidades y las motivaciones de cada quién y no sólo vencer a todos a cualquier costo y buscar a los campeones en edad precoz.

Nota del traductor

(1) Alteraciones morfológicas de la constitución, que bien pueden ser congénitas o adquiridas con el tiempo por hábitos no saludables. Vg. Obesidad, lordosis, sifosis, escoliosis y otras.

Publicado 6th January por Triones Por Evencio Flores 


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